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Cuatro poemas para una banda de rock tranquilo y proletario

by David San Martín

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1.
Déjame un poco más, no me mandes a dormir todavía. Me dan miedo los colchones, son como tumbas abiertas. Estaría bien morir mientras soñamos con dragones. Yo me quiero ir así, sin preguntas ni certezas, plácido en el pulso de la fase REM, limpio, infante sin mancha. Dame noches para huir, dame horizontes que hollar. No me obligues a apagar la pantalla ni la luz. Déjame sólo intentar el desvío del planeta. Qué se le va a hacer si tal órbita me es extraña, si me duelen ya los hombros de cargar con su elipse, si crujen de esta condena a la trinchera de la almohada cuando aún lanzaría gritos irredentos en callejones. Quién pudiera respirar la atmósfera de Júpiter, soportar su gravedad nebulosa y descansar en sus cristales; no volver a ver vuestra vida hipotecada, atascada en carretera las mañanas frías de lunes, no asumir la tristeza en vuestras caras... Y que el ruido del progreso se perdiera acolchado en la distancia sideral, en el vacío aterido del cosmos. Ver estallar la Tierra y todos sus machetazos, y todas vuestras miserias dipersas en el éter. Reconocer la noria de esta parábola planetaria, el agua que no cesa, constante en su devenir y en su contrato. Despertar por convenio al martillo del día. Algún día el reloj tendrá pies en lugar de manillas, esas manillas con las que aferra los días y evita su vuelo; echará a andar entonces y en el viaje vomitará todos sus ciclos pasados: su esfera será eterna e inconclusa.
2.
Han vendido esta ciudad, han vendido sus canciones. Nos rascamos los bolsillos, nos perdemos en rincones, lejos del cielo. Las bombillas de colores nos confiesan su derrota, cada noche. Siluetas tropezando en las baldosas que nadie reparó. Sopla las velas, pide un deseo, sopla tus velas, marinero. No hay mar libre de plástico, y navegamos en desiertos. Quién retuerce las calles de tu barrio, quién te envenena de relojes, quién te entierra en un vagón cada mañana bajo tierra, quién pone barrotes en cada cristal. Es imposible mancharse los zapatos cuando el barro habita los espejos. Las esquinas son disparos de astillas en tu pecho, donde antes florecía la noche y su rosal. Sopla las velas, pide un deseo, sopla tus velas, marinero. No hay mar libre de plástico, y navegamos en desiertos. Avante toda hacia el silencio, acantilados y zozobra. Marea baja en el cemento, pocos remeros, negras olas.
3.
El mañana 02:37
Si nos roban el mañana inventaremos calendarios. Si nos bajan la mirada, miraremos en los charcos. El reloj ya no es un faro, el reloj es un océano, flota absurdo en la tormenta con su esfera de náufrago. La mañana deja la noche huérfana de labios; sus estrellas, celosías por donde escapan pájaros. Ya ha pasado otras veces, ya subimos nuevas lunas, la experiencia es una llama que calienta y que alumbra. El mañana es tu boca que no calla sus mareas, el mañana son tus dientes que escupen futuro al alba, El mañana somos este páramo de brumas que verdea, el mañana es la palabra que una vez fuera encerrada. Despertamos en la espuma y en la sal de un pasado que ha medrado a nuestra costa, que el ayer nos ha robado. Un secreto que hace costra sobre heridas de borracho, un música tan triste que hace todo tan lejano. Hay un canto de sirenas que nos tuerce el mar y el viento, hay soledad de cunetas resonando en parlamentos, hay una ave que no olvida y que anida a cielo abierto, un ejército de abrazos, de susurros y recuerdos. El mañana es tu boca que no calla sus mareas, el mañana son tus dientes que escupen futuro al alba, El mañana somos este páramo de brumas que verdea, el mañana es la palabra que una vez fuera encerrada. Y el mañana se ha cansado de esperar una disculpa, ha salido a la calle y luce con orgullo arrugas, el mañana no tropieza, no ha perdido la memoria, fuerte como biblioteca, agua viva de la historia. Hay quien quiebra los relatos para reparar las calles, hay quien clava en barro los cimientos de su vida. Los lobos con piel de oveja aguardan en las sombras, a que se apague esta hoguera y nos perdamos en ceniza. Este fuego que nos ama, y que es derrota de derrotas, estas llamas que nos arman con su sabor de aurora, esta chispa irrenunciable que se asoma a las ventanas, unos versos de primavera en boca de milicianas. El silencio es el arma más terrible del gusano, es silencio es el sonido más querido por el sapo.
4.
Ser demasiado viejo para más junios. Si no hay lucha de clases, todo es una nube tóxica de palabras. Ser demasiado joven para abarcar octubre, rebotar por las esquinas como el amor roto. Esperar que el viento incline su filo, que rasgue la historia y su fantasma. No confiar en el susurro de la serpiente. Ignorar las miradas que habitan las sombras perversas del parlamento. No dejar nunca de regar el viejo huerto y sus árboles amigos. La esencia del arcoiris es la alerta ante la lluvia, imposible el camino sin dibujar andando un mapa. Aceptamos las derrotas de otro mundo imposible, pensar en el futuro ya es un acto de revuelta. El trabajo os hará libres para morir en la levedad y el olvido, olvidad el horizonte, cerrad puertas y ventanas, que no pase la luz. Que no paren las cadenas de montaje ni la venta de los cuerpos, que circulen importados los fetos de las pobres, que perdáis vuestro catalejo en una casa de apuestas, y que olvidéis vuestras simas visitando narcopisos. La esencia del mañana es no cesar la vigilancia, olvidamos cómo hablar y sólo repetimos las frases y cristales de quien juega con las calles, asumimos nuestra grieta como mal inevitable. Las viejas llaves siguen abriendo verjas y asaltando los castillos Olvidamos lo que somos, plebe y grey y siervos sin preguntas. La esencia del viaje es la sed de amaneceres, dormir con un ojo abierto por si el cielo se derrumba, comprobar que la balanza no es herida en los bolsillos, y que huela a pan sin hambre al despuntar el día. Centraremos las miradas en el puño de la espada, que no descansen los campos que a las palabras alimentan, que no cesen de quebrarse las lunas lejanas de los bancos, que las manos más labradas elaboren la tormenta.

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released May 31, 2019

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David San Martín Madrid, Spain

Pongo bases a cosas que escribo y que a lo mejor son poesías. Lo hago a toda leche y sin cuidado, porque mi poesía (?) es punk.
Le robo ideas a Natalia y su mala uva.
Tiro de soundtrap y looplabs.
En mi ansia por pasar a otra cosa no corrijo lo suficiente.
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